ABCDEconomía "Capital"- 2a parte

ABCDEconomía de Luigino Bruni

Capital. La lección de Genovesi

pubblicato sul settimanale Vita dell'8 maggio 2009

Una guía para redescubrir las palabras clave de la acción económica una vez que los mitos han caído y las burbujas se han desinflado. Hasta ahora, Luigino Bruni ha analizado las siguientes palabras: Felicidad, Beneficio, Mercado, Banca, Inversión, Responsabilidad, Reglas, Interés, Organización y Reciprocidad. Esta semana,la segunda parte de la palabra «Capital».

Como decíamos en el número anterior, la historia de la economía puede leerse también como la evolución del significado de capital. La palabra Capital deriva del latín caput, capitis, que significa “cabeza”. La economía clásica de los siglos XVIII y XIX concibió el capital como el factor productivo principal y con Marx el capital se convierte en la clave de lectura no solo de la dinámica económica sino de toda la sociedad.

ABCDEconomia "Capital" - 2a parte (original italiano)

El economista liberal austriaco J.A. Schumpeter superaba en 1942 el vínculo entre capital y empresa al vislumbrar la aparición de una nueva forma de capitalismo: el capitalismo financiero.

Durante las últimas décadas, la palabra capital está ganando en distinción y autonomía con respecto al capitalismo. El capital humano fue el primero en incorporarse al debate, cuando importantes economistas de la posguerra (G. Becker entre otros) comenzaron a construir modelos en los que explicaban que una empresa o un sistema económico crecen cuando, además del capital físico, financiero y tecnológico, disponen también de capital humano, es decir de personas cualificadas y preparadas que han invertido en formación aumentando de este modo su valor capital y por ello el de su empresa.

Después, en la década de los 90, se incorporó el concepto de capital social, constituido por el entramado de confianza y virtudes cívicas que permiten que el mercado crezca y se desarrolle. También en este caso, uno de los primeros en intuir el papel esencial del capital social fue el napolitano Antonio Genovesi, que ya en 1754 escribía que el motivo por el que su reino no crecía como otros estados europeos era la ausencia de lo que él llamaba “fe pública”. En Nápoles, decía, abundan la fe privada y el honor, pero no la fe pública que lleva a fiarse de las instituciones y por ello también de los forasteros, condicionando así el desarrollo de los mercados y de la sociedad.

Hoy, aunque tímidamente, se va abriendo camino el concepto de “capital relacional” que hace que una organización sea algo más que una suma de individuos para constituirse en un cuerpo unido por la confianza, por la “fides” que, como recordaba el mismo Genovesi, significa también “cuerda que ata y une”.

Hay un concepto aún más reciente, el de “capital espiritual”, que consiste en el patrimonio de vida interior (no necesariamente de religión) que caracteriza a una persona, a una comunidad o a una empresa.

Este capital se revela como algo especialmente valioso en momentos de crisis, cuando más falta hace tener la capacidad de salir adelante en medio de la incertidumbre y el impasse, la capacidad de gestionar conflictos profundos y de saber recomenzar desde el perdón auténtico.

Para terminar, estoy convencido de que existe entre las distintas formas de capital un nexo de complementariedad e interdependencia. Por ejemplo, cuando en una empresa en crisis empieza a hablarse de posibles despidos, con frecuencia el efecto inmediato que se obtiene es que los primeros que abandonan la empresa son los mejores trabajadores (ya que tienen otras alternativas en el mercado). Con ello se produce una hemorragia de los mejores, quedándose los menos cualificados. Este proceso suele conducir pronto a una crisis financiera y económica más grave que la inicial. Por el contrario, si se responde a la crisis reforzando la “fides”, es decir el capital relacional (e incluso espiritual) de la empresa, puede evitarse el deterioro del capital humano y, con él, el deterioro del capital económico y financiero. El capital es uno, pero hay muchos capitales. Saber cuidarlos todos, manteniéndolos constantemente, es el arte más difícil.

La semana que viene, la última cita, con la voz "Don"


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