ABCDEconomía de Luigino Bruni
De la economía de mercado a la sociedad de mercado
publicado en el semanario Vita del 20 de febrero de 2009
Sigue el diccionario de Luigino Bruni: una guía para redescubrir las palabras clave de la acción económica después de que los mitos han caído y las burbujas se han desinflado. La semana pasada fue el turno de «Beneficio»
La palabra mercado encierra una pluralidad de significados. Originariamente el mercado era el lugar físico donde se producían intercambios: la agorá griega, el foro romano, la plaza medieval o las ferias. En la civilización tradicional el mercado ocupaba, y en algunas zonas del planeta todavía sigue ocupándolo, un espacio limitado aunque importante en la vida de la ciudad.
ABCDEconomia -original en italiano
Los restantes días, la institución que regulaba la producción y asignación de recursos no era el mercado basado en los precios y en la moneda, sino principalmente la auto-producción y la redistribución de la riqueza.
Esta economía no de mercado dejó paso a la economía de mercado, en un proceso que se ha acelerado fuertemente en los dos últimos siglos, cuando el mercado se ha convertido en la principal institución para asignar los recursos en la sociedad. Lo más “visible” del mecanismo de mercado es el sistema de precios, que es el que garantiza que los recursos se produzcan y asignen. Sin este mecanismo decidir qué y cuánto producir resulta extremadamente complejo.
Hoy la economía de mercado se está transformando en sociedad de mercado. ¿Cuál es la diferencia? En una economía con mercados pero que no es una economía de mercado, el mercado es una institución más que, en determinados momentos y lugares, se sitúa al lado de otras instituciones económicas, como la familia, el clan, la Iglesia, el tribunal o el Estado. Estas instituciones son las que primariamente gestionan la vida económica y cívica. Con la llegada de la economía de mercado, esta última pasa a ocupar el centro del ámbito económico, pero las otras instituciones (familia, comunidad…) seguirán siendo centrales en las demás esferas o ámbitos de la vida social.
En cambio, cuando se entra en una sociedad de mercado, los mecanismos económicos (precios, contratos...) gestionan no solo la economía sino toda la vida cívica. Entonces se empieza a interpretar esa vida cívica como una serie de contratos, intereses e intercambios mutuamente ventajosos.
Sin una economía de mercado, la libertad y la igualdad no están garantizadas, ya que son los sistemas jerárquicos y feudales los que toman el timón. Pero si creamos una sociedad de mercado, a la larga lo que se niega es la fraternidad, puesto que en la sociedad hay ciudadanos a los que no les afectan los contratos ya que no son portadores de interés (stakeholders) sino solo portadores de necesidad (needholders).
Y sin fraternidad tampoco la igualdad y la libertad, grandes conquistas de la economía de mercado, llegan a desarrollarse plenamente y a florecer en vida buena. (Continuará)
La próxima semana la cuarta palabra: BANCA