ABCDEconomía de Luigino Bruni
Querida banca, vuelve a aprender tu oficio
publicado en el semanario Vita del 27 de febrero de 2009
Sigue el diccionario de Luigino Bruni: una guía para redescubrir las palabras clave de la acción económica después de que los mitos han caído y las burbujas se han desinflado. Palabras ya analizadas: Felicidad, Beneficio, Mercado. Ahora le toca el turno a la Banca.
La economía nació con el hombre, puesto que ya en la prehistoria se les presentaba un problema económico toda vez que había recursos escasos. Y con la economía nació el ahorro, es decir la renuncia a un consumo actual por un consumo futuro.
En cambio la banca es un invento relativamente reciente, que se remonta a la Edad Media, si bien es cierto que en la antigüedad ya se realizaban actividades de depósito y préstamo. De hecho, ahorro y banca son dos conceptos lógica e históricamente distintos y autónomos, ya que es posible ahorrar sin bancos, como nos enseñó sobre todo J. Keynes.
ABCDEconomia - original italiano
La banca nace con el desarrollo de los mercados, cuando comienza a crecer la demanda de dinero por parte de los mercaderes, que tenían proyectos empresariales pero carecían de los recursos financieros necesarios.
Para aquellos primeros bancos la distinción entre préstamo para inversión (o al mercado) y préstamo para el consumo de las familias estaba muy clara. Mientras que, a partir del Humanismo, nadie ponía seriamente en duda que el préstamo al emprendedor debía ir acompañado por un tipo de interés, eran muchos los que negaban que hubiera que pagarse un interés también en el caso del préstamo para el consumo de las familias.
¿Por qué? El motivo es simple: el préstamo que se le da a un emprendedor conlleva la premisa de obtención de frutos futuros. En cambio, cuando se acude al préstamo para consumir bienes de primera necesidad, ese consumo “destruye” riqueza, no es fructífero. Por eso el único interés que los Montes de Piedad pedían a las familias necesitadas era de hecho una participación en los costes de funcionamiento del banco. Con palabras de hoy, aquellos bancos eran instituciones sin ánimo de lucro.
Pero si pensamos con atención en la naturaleza de la banca, podríamos llegar a afirmar, sin forzar demasiado el razonamiento, que su naturaleza normal no debería ser la búsqueda del beneficio, por el simple hecho de que administra y arriesga recursos que no son suyos. La banca es por naturaleza una empresa cívica, cuyo objetivo es mucho mayor que el beneficio. Por eso un sector bancario que genera altos beneficios pone de manifiesto una patología. De hecho la crisis actual nos está diciendo dos cosas fundamentales. La primera es que el sistema de incentivos y recompensas está equivocado: el mercado financiero ha remunerado demasiado a quienes asumían riesgos altos (con dinero ajeno). En segundo lugar, hemos asistido con demasiada indiferencia al proceso de transformación de los bancos de instituciones cívicas a especuladores. La banca es demasiado importante para dejarla en manos de los buscadores de beneficios.
Hay que volver a civilizar el sistema bancario para relanzar todo el pacto social que cohesiona nuestras complejas sociedades.
La próxima semana Luigino Bruni abordará el término “Interés”