ABCDEconomía de Luigino Bruni
Organización. Invertir en la diferencia
publicado en el semanario Vita del 10 de abril de 2009
Una guía para redescubrir las palabras clave de la acción económica una vez que los mitos han caído y las burbujas se han desinflado. Hasta ahora se han analizado las siguientes palabras: Felicidad, Beneficio, Mercado, Banca, Inversión, Responsabilidad, Reglas e Interés. Esta semana le toca el turno a Organización.
Buena parte de nuestra vida transcurre dentro de alguna organización, ya sea la familia, un club deportivo, asociaciones, empresas, supermercados…
Una empresa o un hospital son instituciones complejas, creadas y coordinadas en función de una finalidad (o varias), y dotadas de estructuras e instrumentos adecuados.
A nadie se le suele ocurrir de primeras concebir una familia o una asociación deportiva como una organización, ya que no es fácil señalar la finalidad para la que nacen ni los instrumentos con los que funcionan. Con todo, hay que recordar, cosa que olvidan incluso muchos teóricos de las organizaciones, que la vida social no está compuesta solo por organizaciones. La otra mitad del cielo está ocupada por convenciones, que son acciones complejas no “creadas” por nadie (como, en cambio, ocurre con una empresa o un colegio). Un ejemplo típico de convención sería el tráfico.
ABCDEconomía "Organización" (original italiano)
La nota dominante en las organizaciones es la cooperación. En cambio, en las convenciones la cooperación resulta muchos menos evidente y, cuando se da, normalmente carece de intencionalidad. La intención del que sale de casa en coche por la mañana no es la de cooperar con los demás automovilistas, sino la de llegar al trabajo bien y lo antes posible. La cooperación, en cierto sentido, es un hecho objetivo. Podríamos decir que una diferencia importante entre las organizaciones (empresas) y esa gran convención-institución (no organización) que es el mercado, tiene que ver precisamente con el binomio cooperación - competición.
Se dice que el mercado funciona bien cuando hay competencia entre los sujetos, mientras que la empresa es esencialmente cooperación. Dicho de otra forma: la empresa, en cuanto organización, en sus relaciones internas, es cooperación; pero en cuanto sujeto del mercado, en sus relaciones externas, es competición.
En realidad esta visión, muy consolidada a nivel teórico, tiene sus fallos, tanto por lo que respecta a la empresa–organización como al mercado–convención. En primer lugar, porque la competencia también es importante dentro de las organizaciones. Ciertamente, si la competencia prevalece sobre la cooperación, las organizaciones entran en crisis, pero la competencia también puede ser leída como cumpetere: buscar juntos. Tampoco el mercado debe ser leído solo como competencia, ya que la dinámica del mercado es también, y yo diría que sobre todo, una acción cooperativa conjunta.
Hay otro aspecto que me parece especialmente peligroso en la teoría y sobre todo en la práctica de las organizaciones. Me refiero a lo que podríamos llamar “reduccionismo” o “isomorfismo” organizativo. ¿En qué consiste? Es la tendencia a tratar todas las formas organizativas como realidades sustancialmente iguales. Es evidente que una empresa comercial tiene muchas cosas en común con una cooperativa o con una comunidad religiosa, pero una buena teoría organizativa debe concentrarse en las diferencias.
Los seres humanos y los chimpancés comparten el 98% del ADN, pero lo que más cuenta es precisamente el 2% restante. La cultura de la globalización suele llevar aparejada una tendencia radical a estandarizar los instrumentos organizativos. Si no damos importancia al 2% de diferencia, no conseguiremos ver los elementos decisivos de cualquier organización, que se llaman cultura, identidad, valores, misión. Puede que la organización de una cooperativa social solo sea un 2% distinta de una empresa capitalista, pero si los directivos y asesores empiezan a tratarla como si fuese completamente igual, pueden terminar por llevarla a un callejón sin salida, borrando siglos de historia, de libertad y de civilización.
En cambio una sociedad civil crece adecuadamente siempre que haga posible que existan distintas formas organizativas, respetando la especificidad y la cultura de cada una de ellas.
La próxima voz en ABCDEconomía será: Reciprocidad