El Sur de Italia no es un problema

El Sur de Italia no es un problema

Luigino Bruni

publicado el 12/08/2009 en www.cittanuova.it

Acabemos de una vez con la visión de Italia como la suma de Norte y Sur. Somos un país complejo, y para interpretarlo hay que tener en cuenta varias dimensiones que nos permiten entenderlo y cuidarlo:

El debate político veraniego en Italia, tal vez debido al clima, a veces asume rasgos originales e incluso paradójicos. A cualquier observador imparcial, por ejemplo, le parecería cuanto menos chocante el contraste que se da entre la reacción preocupada y unánime de la clase política ante los datos del ISTAT sobre la significativa pobreza del sur de Italia y la propuesta, conocida pocos días después, de las “jaulas salariales”, justificada en base al hecho de que la vida en el sur es menos cara. Como si entre la mayor pobreza del sur y los precios más bajos no existiese un vínculo fuerte (no hay que ser profesor de economía para entenderlo, sería suficiente con darse una vuelta por las calles de nuestras ciudades y hablar de verdad con la gente).

Tengo que confesar que estos y otros hechos políticos no menos graves de estos meses veraniegos dejan sin respiración sobre todo a quienes, honestamente, tratan de entender los problemas reales de nuestro país y de resolverlos. La “cuestión meridional” vuelve puntualmente desde hace 150 años al debate político y lo hace siempre como un “problema” que el Norte relaciona con alguna dimensión del “Sur” del país. Las “soluciones” que se proponen son siempre las mismas: el país, y con él el Norte, debe hacer algo más y algo distinto por el Sur, sobre todo destinando con generosidad dinero y recursos.

Mientras sigamos planteando la cuestión Norte-Sur en estos términos, nunca encontraremos una solución eficaz a este problema. Entonces, ¿qué hay que hacer? En primer lugar acabar de una vez con la visión de Italia como la suma de Norte y Sur. Italia es un país complejo y para interpretarlo hay que tener en cuenta varias dimensiones, que nos permiten entenderlo y cuidarlo. Norte y Sur son categorías demasiado gastadas y genéricas como para que resulten hoy de ayuda. Cada región y a veces cada ciudad del “Sur” es distinta. Los problemas de Sicilia son parecidos en algunos aspectos a los de Puglia, pero en otros aspectos se parecen más a los de Cerdeña y en otros a los de Lacio. Si el criterio principal para leer los problemas de la gente del país es estar encima o debajo de Roma, estamos en el camino equivocado. Los análisis tienen que ser más profundos y más serios.

En segundo lugar, el “Sur” de Italia no es un problema, sino un recurso extraordinario de cultura, vida buena, relaciones y también economía. Un recurso –esto es lo importante- que Italia y sus gobiernos no valoran, sobre todo porque no lo entienden y no lo entienden porque no lo aman ni lo aprecian adecuadamente. Mientras los políticos que quieren “ayudar” al Sur no aprendan a conocer y a apreciar de verdad el Sur, cualquier ayuda o maniobra “para” el Sur resultará ineficaz, como saben bien quienes han tratado de ayudar verdaderamente a una persona o a una comunidad. Sin reciprocidad y sin aprecio recíproco no hay desarrollo integral, sino que se alimentan viejas y nuevas enfermedades sociales.

Solamente apreciando y comprendiendo profundamente la vocación de las regiones meridionales, que nunca será una vocación industrial como es (o era) la de Lombardía o Piemonte, Italia encontrará su puesto en el nuevo equilibrio mundial. El desarrollo económico y civil de Italia en el siglo XXI deberá necesariamente pasar por los grandes bienes que se custodian en los pliegues de la cultura mediterránea, bienes que se llaman medio ambiente, calidad de vida, alimentación, relaciones, historia; bienes que son valores y recursos, no problemas. Únicamente cuando seamos conscientes de todo esto, podrán llegar las inversiones en infraestructuras al Sur, inversiones que son de una urgencia extrema. Pero solo después. Si no es así seguiremos equivocándonos y dividiendo a nuestro país.


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