El fundador de Apple y Pixar nos ha dejado hoy a la edad de 56 años
por Luigino Bruni
Este hombre extraordinario nos deja sobre todo tres grandes mensajes.
El primero de ellos es que las grandes innovaciones en economía se deben siempre a las personas. Las personas son quienes producen las grandes innovaciones y no los capitales, el dinero o la tecnología. Steve Jobs ha sido capaz de hacer grandes cosas porque era una gran persona y no porque tuviera grandes capitales y medios. Esto nos recuerda que la economía progresa cuando hay personas que ven más lejos y ven cosas distintas. Las grandes innovaciones nacen de una mirada distinta sobre el mundo y por ello nacen de las personas.
El segundo mensaje que nos deja Steve Jobs es que no es cierto que las empresas sólo triunfen cuando responden a las necesidades de los consumidores. Esta idea de que las empresas y sus productos tengan que responder a las necesidades de las personas es un poco escolástica, estática y sobre todo no es aplicable a las innovaciones verdaderamente importantes. Nadie tenía necesidad del Ipad ni del Iphone. Steve Jobs, con su empresa, los creó antes de que se convirtieran en necesidades, inventó símbolos y creó sueños, mensajes, estilos de vida. Las grandes empresas que innovan de verdad son capaces de hacer algo que a nadie se le había ocurrido antes y que ni siquiera era una necesidad no expresada. Un empresario como Jobs primero “vio” algo y después hizo que la realidad se convirtiera en eso que él había visto. Eso es algo que los verdaderos empresarios tienen en común con los grandes artistas y con los grandes científicos.
El tercer mensaje de Steve Jobs es, en mi opinión, un gran himno a la vida. Una de las últimas frases que ha dicho es “los años más hermosos y brillantes están delante de nosotros y no a nuestras espaldas... ”. Era un hombre muy enfermo, se estaba muriendo, y sin embargo miraba hacia delante. A los jóvenes les decía: “tened siempre hambre de vida”. Las grandes personas, capaces de realizar grandes cosas, nunca son nostálgicas, siempre miran más lejos y piensan que el futuro será mejor que el pasado, incluso en tiempos de crisis. Son capaces de mantener un gran optimismo y de articular en torno a este optimismo grandes proyectos. También hoy los empresarios que mueven el mundo son optimistas, con capacidad de futuro, convencidos de que “lo mejor todavía está por venir”.
En resumen, Steve Jobs nos hace ver que las grandes innovaciones económicas se convierten también en grandes innovaciones civiles. Sus productos y la filosofía que puso dentro de ellos, han cambiado la vida de las personas, su relación con el espacio, con la música, con la creatividad. Han sido mucho más que “buenos productos”, han desplazado hacia adelante las fronteras y los límites de la vida civil. Toda gran innovación es siempre una innovación civil que aumenta la libertad, las oportunidades y la capacidad de las personas. El nos recuerda que la economía es vida, que la empresa es un trozo de vida en común que funciona cuando es expresión de creatividad, pasión y deseos de futuro: nada más, pero nada menos, que vida.
Creo que Steve Jobs es un estupendo modelo de empresario civil que hace una economía para el bien común, una economía que, precisamente por ser verdaderamente innovadora, es amiga de la ciudad y de la gente. Sin este tipo de empresarios no hay bien común. Por eso Steve Jobs nos deja una profunda nostalgia del futuro.