Economía: Congreso en el Vaticano sobre “mercado, estado y sociedad civil"

Bruni (economista): “La Iglesia es la única agencia que habla de los últimos”

Publicado en AgenSIR el 19/10/2017

Titolo WS PASSLa Iglesia se ha convertido posiblemente en la única agencia que sigue hablando del bien común y de los últimos”. Con estas palabras describe el economista Luigino Bruni a SIR el trabajo que se está realizando desde esta mañana en la casa Pio IV del Vaticano para ver “cómo cambian las relaciones entre mercado, estado y sociedad civil”. Se trata de un congreso internacional promovido por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales que está reuniendo a los mayores expertos en economía, sociedad y política, junto con algunos filósofos y teólogos. Mañana los participantes serán recibidos a las 12 por el Papa Francisco.

El punto de partida del congreso serán las palabras del Papa Francisco en la Evangelii Gaudium: “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es la raíz de los males sociales”.

La perspectiva es la de la Doctrina Social de la Iglesia pero junto a la de las ciencias sociales modernas”, explica Bruni. “La Iglesia en estos temas tiene una visión distinta a la del capitalismo dominante, que se está convirtiendo en la única ideología de referencia en todo el mundo” y “parte de un presupuesto antropológico”, que pone en el centro a “la persona y, en particular, a los últimos, recordando que hoy existe un grave problema de desigualdad y de nuevas pobrezas que el capitalismo por sí solo no logra resolver y que a la Iglesia, en cambio, le importa mucho. Recordarlo de forma solemne y con expertos de todo el mundo a diferentes niveles es ya un valor por sí mismo”. De los trabajos está surgiendo también “una especie de llamada a ver al hombre de otra manera”, cuenta Bruni, “no como nos lo cuentan las multinacionales y tanto menos el estado burocrático. El hombre es un ser maravilloso, mucho mejor. Por eso, otra palabra que sale aquí muy a menudo es confianza, esperanza”. Son palabras que en el mundo de las finanzas y de la economía hay que repetir muchas veces porque suelen ignorarse. “Y eso es lo que está haciendo la Iglesia hoy”, señala Bruni, que se ha convertido en “la única agencia que todavía habla del bien común y de los últimos. La Iglesia no tiene centros de interés ni dinero que defender sino que tiene que promover el Evangelio y por tanto tiene toda la libertad para decir cosas que ciertamente otros saben pero no quieren escuchar, y lo hace cada vez con mayor energía y competencia, con personas cualificadas, preocupadas como nosotros por la distracción del capitalismo con respecto a los últimos, a la persona y al medio ambiente”.


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